En la apertura de la temporada 2011 del Teatromuseo del Títere y el Payaso la compañía Teatro Objeto presentó una obra poética, de gran desenvoltura, bonitos elementos, sencilla, pero muy coherente, cuyas características entregaron a los espectadores una muestra de lo que viene en nuestro espacio este año.
Lo Circunstancial
De las dos funciones presentadas el último fin de semana, la de éste sábado fue, sin duda, la más débil.
Como primera impresión, el trabajo se presentó con excesivas rotaciones. Al comenzar con un ritmo muy intenso, poco queda para la evolución rítmica del espectáculo. Inevitablemente, luego de 20 minutos esto provocó un decaimiento en la obra.
Técnicamente hubo aspectos que también dificultaron el buen desarrollo de la función. Entre ellos, la ejecución de la música obstaculizó en más de una oportunidad la comprensión de los textos.
Con respecto a la manipulación de los muñecos, ésta fue bastante acertada principalmente con el protagonista. La opción de muñecos biplanos también fue correcta.
Sin embargo, una de las escenas más bonitas y mágicas, el encuentro de Miguelito con la sirena, estuvo debilitada por una tosca y básica manipulación. El pequeño niño, fue bien manipulado, limpio, y objetivo. La sirena, de una bella construcción, no se movía, no tenia objetividad, meneaba la cola de manera gratuita y vacía.
Por su parte, el fondo del mar suscitó resistencia en el desplazamiento. El muñeco estaba "atado" a los manipuladores y no lograba obtener el sentido o dirección del personaje, es decir, limitado de mostrar personalidad, además en más de una oportunidad su boca quedaba abierta por mucho tiempo. Esta escena requiere movimientos elegantes, delicados y muy precisos.
Lo Esencial
Las Aventuras del Teniente Bello es una linda fábula, un bonito texto, basado en un personaje de la historia de Chile, sin detenerse en sus detalles profundos. No es panfletario. Proporciona al espectador, sea grande o chico, construir la historia, investigarla, o no.
De manera general, el espectáculo es muy respetuoso con sus asistentes. Respetuoso de la inteligencia de los niños y niñas. Esta consideración se ve en la música y en la construcción vocal de gran parte de los actores.
Otra cortesía, es la bisabuela de Miguelito. Como personaje, repite el mismo esteriotipo del cual estamos acostumbrados. Pero al elegir una bisabuela y no una abuela, la Cia respeta la evolución del ser humano y aunque no todos se den cuenta, aceptan y reconocen que la mujer abuela ya no es un ser decadente a los bordes de la muerte.
Haré hincapié, nuevamente, en la escena de Miguelito y la Sirena. Primero, porque la construcción de la muñeca está muy bien lograda, con su torso casi biplano y desnudo. Segundo, porque se da entre ambos personajes un historia de amor a temprana edad. Esta historia es bella, y riesgosa, porque pudiera caer en conceptos simplistas, sexistas y hasta machistas. Sin embargo, lo hacen de forma delicada y mágica.
Es trascendental que el grupo le de la importancia necesaria a esta escena y dedique mucho cuidado en su ejecución. Seguramente será más linda y eficaz.
Lo esencial es que la agrupación capitalina hace teatro familiar, sin infantilizar ni idiotizar el niño y la niña. Divierte con excelentes intervenciones de humor, promueve bonitas imágenes como la del avión en miniatura y la escena de Miguelito y su bisabuela.
La música en vivo, siempre y cuando esté ejecutada en volúmenes adecuados, es un bonito aporte al montaje.
Lo Circunstancial
De las dos funciones presentadas el último fin de semana, la de éste sábado fue, sin duda, la más débil.
Como primera impresión, el trabajo se presentó con excesivas rotaciones. Al comenzar con un ritmo muy intenso, poco queda para la evolución rítmica del espectáculo. Inevitablemente, luego de 20 minutos esto provocó un decaimiento en la obra.
Técnicamente hubo aspectos que también dificultaron el buen desarrollo de la función. Entre ellos, la ejecución de la música obstaculizó en más de una oportunidad la comprensión de los textos.
Con respecto a la manipulación de los muñecos, ésta fue bastante acertada principalmente con el protagonista. La opción de muñecos biplanos también fue correcta.
Sin embargo, una de las escenas más bonitas y mágicas, el encuentro de Miguelito con la sirena, estuvo debilitada por una tosca y básica manipulación. El pequeño niño, fue bien manipulado, limpio, y objetivo. La sirena, de una bella construcción, no se movía, no tenia objetividad, meneaba la cola de manera gratuita y vacía.
Por su parte, el fondo del mar suscitó resistencia en el desplazamiento. El muñeco estaba "atado" a los manipuladores y no lograba obtener el sentido o dirección del personaje, es decir, limitado de mostrar personalidad, además en más de una oportunidad su boca quedaba abierta por mucho tiempo. Esta escena requiere movimientos elegantes, delicados y muy precisos.
Lo Esencial
Las Aventuras del Teniente Bello es una linda fábula, un bonito texto, basado en un personaje de la historia de Chile, sin detenerse en sus detalles profundos. No es panfletario. Proporciona al espectador, sea grande o chico, construir la historia, investigarla, o no.
De manera general, el espectáculo es muy respetuoso con sus asistentes. Respetuoso de la inteligencia de los niños y niñas. Esta consideración se ve en la música y en la construcción vocal de gran parte de los actores.
Otra cortesía, es la bisabuela de Miguelito. Como personaje, repite el mismo esteriotipo del cual estamos acostumbrados. Pero al elegir una bisabuela y no una abuela, la Cia respeta la evolución del ser humano y aunque no todos se den cuenta, aceptan y reconocen que la mujer abuela ya no es un ser decadente a los bordes de la muerte.
Haré hincapié, nuevamente, en la escena de Miguelito y la Sirena. Primero, porque la construcción de la muñeca está muy bien lograda, con su torso casi biplano y desnudo. Segundo, porque se da entre ambos personajes un historia de amor a temprana edad. Esta historia es bella, y riesgosa, porque pudiera caer en conceptos simplistas, sexistas y hasta machistas. Sin embargo, lo hacen de forma delicada y mágica.
Es trascendental que el grupo le de la importancia necesaria a esta escena y dedique mucho cuidado en su ejecución. Seguramente será más linda y eficaz.
Lo esencial es que la agrupación capitalina hace teatro familiar, sin infantilizar ni idiotizar el niño y la niña. Divierte con excelentes intervenciones de humor, promueve bonitas imágenes como la del avión en miniatura y la escena de Miguelito y su bisabuela.
La música en vivo, siempre y cuando esté ejecutada en volúmenes adecuados, es un bonito aporte al montaje.
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