miércoles, 20 de abril de 2011

Análisis de Espectáculo

Teatro Infantil, un Lobo Feroz

La agrupación Triciclo Pajarito trajo al Teatromuseo un interesante montaje, lleno de colores y bonitas historias.
En un blog leí que esta joven agrupación hace un “teatro infantil diferente, de vanguardia” (1). En muchos aspectos estoy de acuerdo con tal afirmación. Se preocupan en tener elementos que encanten y lleguen a niñas y niños, pero se distancian mucho de lo que comúnmente llamamos teatro infantil. Para bien, Triciclo Pajarito hace antes que todo, un buen teatro. Lo que tal vez origina el comentario que cito anteriormente es que el teatro llamado infantil es muy malo. Está cercado de trucos más que conocidos, de fórmulas repetitivas e historias poco interesantes. Felizmente éste no es el caso.
Entonces, ¿qué cosas nos llaman la atención? ¿Por qué Los cuentos del Lobo resaltan frente a los demás espectáculos?
Partimos con un notable manejo de voz y un correcto dominio del cuerpo de la actriz que interpreta las voces del primer cuadro. Pocas veces podemos encontrar estos dos elementos conjugados en una sola persona. Ella crea, mantiene y conduce el ritmo del cuento con buenas entonaciones, no compite con las sombras e interpreta las voces con mucha desenvoltura. El dominio vocal, es además, una característica importante y destacable de todo el grupo.
Otro punto importante – y como espectadores tenemos que poner atención – es el cuidado con que se producen las escenas. La estética de los dibujos y terminaciones de las figuras es bella, objetiva y tiene una línea muy ecuánime.
Un buen teatro cuenta, sin lugar a duda, con elementos llamativos, bonitos, atrayentes, pero fundamentalmente útiles, justificables y lúdicos. Lo que se pone en escena tiene que tener una función clara, que juegue con la poética que se propone.
Y si de poética hablamos, los cuentos del Lobo !la tienen bien clara! El tono obscuro del montaje, junto a la imagen poco convencional de lobo – es decir, lo que comúnmente vemos como villano se presenta como un personaje simpático y adorable – resulta en una ecuación interesante: Tensión, relajación y goce. El espectador, sea grande o chico, es atrapado por el conjunto de elementos y quedan exiguos puntos por donde aburrirse o distraerse.
Sin embargo, es interesante proponer algunas reflexiones. La primera tiene que ver con la opción de ejecución musical. La música en vivo es una contribución fundamental. Pero algunas elecciones no están acorde con el nivel general de la obra. Específicamente en el 2º cuadro, la música pasa de un aporte a una cierta monotonía. La utilización de solo un instrumento, la guitarra, y con una baja variación de los acordes, genera una situación de impaciencia más allá de lo que naturalmente se espera de la atmosfera del cuadro. Deja de “ser” ambientación en pos de “subrayarla”. No es inadecuada en su concepción, solo innecesariamente repetitiva.
La segunda tiene que ver con el muñeco Lobo que aparece en el 2º cuadro y permanece hasta el final de la obra. Según el maestro Obrazov(2) "Las posibilidades biomecánicas de los títeres son muy diversas desde cero a la elaboración máxima de los medios expresivos…” y acrecienta “…la función del títere es moverse…”. Debemos entender este “moverse” como: lo que cuenta el personaje con sus acciones, más que con sus palabras. El momento donde el muñeco u objeto rompe el límite de posibilidades del actor. Es evidente la intención de limpieza con la gestualidad del personaje, sin embargo esta limpieza es extrema, restringe la creación de “retratos” con el muñeco. No cumple con su función primordial. Tiene una partitura de movimientos – y consecuentemente de imágenes – muy escuálida. La pura presencia del muñeco suscita mucho más que eso.
También, por lo que se puede apreciar en lo restante del espectáculo – en lo que dice respecto al teatro de animación – donde las figuras y sombras adquieren fuerza y ritmos en su totalidad, con mucho juego entre sí. El muñeco Lobo causa sensación al entrar, pero a los 20 segundo ya mostró todo lo que hace y a partir de ahí se repite como imagen. Lo sostiene el texto.
El colectivo Triciclopajarito, figura positivamente en el escenario nacional porque –repito – hace un muy buen teatro, con un lenguaje poco usual, o más bien con un cuidado y respeto a su arte y su trabajo poco vistos en agrupaciones, digamos, del mismo género en Chile.


(1) Link con una entrevista del grupo al programa Tierra Urbana http://www.radiotierra.cl/node/2035

(2) Serguéi Obraztsov (1901-1992) fundador en 1931 de la primera compañía de títeres rusa, y fue autor de más de cien espectáculos realizados por marionetas. Sus obras han sido consideradas como inmortales, adquiriendo la dimensión de clásicos del arte titiritero.




1 comentario:

T R i C i C L O P A j A R i T O dijo...

Estos análisis provocan deseos de ver los montajes. Están tan bien fundamentados e informados. Es realmente una instancia para aprovechar , aprender y verse al espejo a través de las palabras de otros.