La Compañía Pájaros de Cuentos, conformada principalmente por Edmundo Valdebenitos y Marcia Castro es una agrupación que viene trabajando con mucha desenvoltura en el universo del arte narrativa, el teatro de Actores y de Animación; por diversas veces mezclando estos lenguajes. Poseen un sello particular en su trabajo, entregado principalmente por la música y la construcción de sus muñecos.
Concierto en Do – Do es una obra musical que habla de la amistad. Fundamentalmente recalca lo bello del afecto y lo mágico que pueden ser lar relaciones entre los seres humanos. Tiene buen ritmo y muy buenas canciones. Trabaja bien con los elementos escenográficos que la componen. Mezcla títeres, narración y canciones que juntas tratan de contar la saga de Pólux, un astronauta que trata de volver a su estrella. Por lo menos eso pensamos al principio.
El hecho teatral, se presume, debe resolverse por si mismo y no carecer de explicaciones ni previas ni posteriores. En el caso de hibridismo propuesto por la compañía- la narración y el musical con Teatro de Animación- , algunas licencias a la regla son aceptables y componen la poética general del espectáculo.
Sin embargo, lo que vemos es un manantial de explicaciones desproporcionadas e innecesarias, dificultando por veces el entendimiento de la obra. Luego viene lo que se supone es el conflicto principal, la necesidad de Pólux de volver a su estrella. Muy prontamente es sustituido por la saga de Dodo. No llegamos a enterarnos qué valor tiene el huevo para el pájaro fragilizando así la importancia de la búsqueda. Tanto del Dodo como la de Pólux. Estos dos puntos inclinan el entendimiento del espectador hacia la saga de huevo como eje central del drama. Lo que no corresponde.
La dramaturgia no es muy clara en las transiciones de un cuadro a otro quedando el sobresalto de que fueran construidas en función de sus canciones y no al revés.
La actuación de Edmundo es fuerte pero carece mucho de elecciones, se reduce a subrayar el texto cuando podría ilustrarlo. Falta silencio en el cuerpo del actor. La mayor parte de las acciones físicas están concentradas en su dedo índice. El índice nos habla de los impulsos, aspiraciones, tendencias, carácter, ambición, idea de poder. Es el dedo de la autoridad, el dominio, dotes de mando y una ausente capacidad de proyección de las imágenes. El dedo índice es encargado de gran parte de las acciones y deja la sensación de que el actor no está convencido de sus rutinas y pasa gran parte del tiempo exigiendo e imponiendo la atención. Este autoritarismo incesante en su actuación se distancia mucho del concepto de amistad con que desean trabajar creando una paradoja en la poética general del espectáculo. Edmundo tiene una idea bastante clara de lo que quisiera decir, pero no sabe como decirlo: la ausencia de acciones definidas y expresivas hace con que el contenido resulte vago e inarticulado.
Los personajes del cuento también adolecen de cambios. Entran y salen del espectáculo con el mismo nivel de energía. No juegan con los Status escénicos que harían más limpio su desarrollo dramático. Dodo, no cambia su ritmo, las demostraciones de desespero frente al recuerdo de su huevo desaparecido son siempre las mismas: vocal y físicamente.
Los registros vocales de Pola Polin son diversos, pero poco selectivos. Ella emprende una disputa de la atención de Pólux con Dodo y las adversidades del pájaro no la emocionan ni le provocan cambios físicos ni de voz. Ella evidencia otra falencia de casi todos los actores manipuladores que es el contacto visual de los muñecos con el espectador y las miradas entre ellos. Son dispersas.
Concierto en Dodo deja la impresión que acompaña muchos de los espectáculos de teatro infantil. La falta de dirección. Aunque la trayectoria de Pájaro de Cuentos les juega a favor, pues logran aplicar bien las fórmulas que entregan la experiencia, toleran los desvíos dramáticos e interpretativos dejando puertas abiertas a cuestionar dicha experiencia.
Por Luciano Bugmann
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