La Compañía Teatrogentil vuelve a las tablas porteñas con la obra Las Locuras de Don quijote. El texto es simple y fácil de digerir lo que se agradece. La historia de don Quijote y sus locuras, la vemos a cabalidad sin enredos.
Los tres actores hacen gala de su buena escucha entre ellos y con el público, se dan el tiempo perfecto para responder a un Nino y retomar rápidamente.
Clown en escena: se ven a unos payasos relajados, aunque no ocupan nariz, ocupan el código.
Buenas voces notable es la voz de la actriz Claudia Sánchez, una voz clara y fuerte, además su canto es divino.
Freedy Huerta, presenta un buen manejo de su payaso: lindo y loco.
El payaso Primo, es el más bajo en presencia escénica, con respecto a los otros. Si bien es cierto, el rol que cumple es el de fiel ayudante de Don Quijote, es perceptible la falta de trabajo corporal en lo que se refiere al impulso del actor, que responde muy lentamente a los juegos clownescos. Entre tanto no llega a influir en el total del espectáculo.
El montaje es dinámico, trabajado en tono de comedia y pasajes del mundo del clown. Utilizando muy bien todos los espacios la agrupación permitió al espectador mantener la atención en todo momento. Tanto adultos como niños disfrutaron de igual forma la puesta en escena.
Quijote es una historia clásica y reconocida por casi todos. Lo que permite que los papás y mamás disfruten aún más que sus pequeños. Todo funciona bastante bien, a pesar de que la escenografía a veces sobra o no es utilizada dentro de sus posibilidades. Los juegos que exigen la participación del público, como cuando dulcinea necesita a aldeanas que la acompañen o cuando don quijote necesita a un escribano, promueven momentos exquisitos y bien logrados.
Una buena puesta en escena que transmite frescura y buenos momentos con el público, apta para toda la familia.
Por Marcelo Vidal
jueves, 18 de agosto de 2011
Análisis de Espectáculo
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