viernes, 13 de mayo de 2011

Análisis de Espectáculo


TUGA V/S CHUMBEQUE

El espectáculo Tuga v/s Chumbeque llenó y divirtió al Teatromuseo del Títere y el Payaso. Creo que participa de una onda que se está creando – o recreando - de mezclas de estilos y trabajos entre diferentes compañías: en nuevas creaciones en el Puerto.
Toparse más seguido con el juego, nuevas propuestas, desprenderse del discurso del Valparaíso de antaño o de temas ligados a acontecimientos políticos es un respiro.
A pasos muy lentos el teatro porteño va buscando una nueva identidad o más bien una nueva línea de acercamiento al público. Y la está encontrando. “Mimentos”, “Margaritas”, “El Payaso y su Doble” y el montaje “Todo es Cancha”, son algunos ejemplos de nuevas propuestas que delinean una nueva tendencia.
Rodolfo Meneses y Gonzalo Díaz son artistas conocidos en Valparaíso y hacen una bella dupla en el escenario. El propio Rodolfo, en una de estas conversas sobre el arte del teatro dijo que: “hay que juntarse para hacer cosas entretenidas”. Y lo logran. El público entra en la onda competitiva de los personajes. Ambos son desenvueltos. Tienen el tiempo de la comedia.

INFLAR UN GLOBO HASTA REVENTAR

El trabajo en sí carece aún de rodaje y de una atención en la dirección, con el fin de acotar y ordenar el ímpetu creativo. Se sostiene mucho en las habilidades individuales. El mono y el brazo cortado del mimo son habilidades que ya conocemos. Es parte del repertorio corporal, pero no vienen a nada. Aparecen por que sí.
En cambio, el cisne también es una habilidad que hemos visto en distintos trabajos, pero éste se utiliza con el objetivo del juego dramático. Sirve a una disputa al recobrar el sentido de existir acerca el espectáculo de la consistencia. Y entonces la escena de la Cueca es fantástica.
El desenlace dramático es simplista. Si miramos la secuencia de embates de atrás para adelante, vemos que todas tiene un mismo nivel de intensidad. Producto de la falta de cambio en el estado de Tuga y Chumbeque. No llegan a constituir una rivalidad tal entre los personajes – y la rivalidad es el eje central de la obra – que provoque en el espectador querer la reconciliación entre ellos. Pasó mucha cosa, pero nada cambió. Tiene un destino claro donde llegar, pero no se nutre de un proceso que lo sostenga.
Sin embargo, el trabajo se encuentra en una línea de investigación que da como resultado un producto atractivo, que puede adquirir la consistencia y solidez que esta unión de dos grandes artistas se propone. El nivel en que empieza es alto y felizmente está dentro de esta línea que quiere provocar algo distinto. Inflar el globo hasta reventar – o a punto de.

Luciano Bugmann

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