lunes, 13 de junio de 2011

Anñalisis de Espectáculo

Nay Nay, el tejer de la vida
Teatro Ártico

La compañía Teatro Ártico (1) viene por segunda vez al Teatromuseo trayendo una agradable sorpresa. Naynay, El tejer de la vida es un espectáculo bello. Lleno de humanidades. Humanidades no particulares del pueblo originario, mñas transversales a todos nosotros. Una especie de saco de ternuras. Un saco de lana, obviamente.
El montaje refleja un Pueblo Mapuche distinto a una gastada imagen, ligada solamente a los aspectos políticos. No es que no sea importante discutir estas condiciones, pero nos olvidamos un poco de donde advienen las cuestiones políticas. Olvidamos lo bello que contiene este pueblo. Lo guerrero, lo humano y cuanto nos ha influenciado. Los porqués de su clamor, se distancian en mucho de la violencia y de una cierta “inconstancia social” que llevan asociados, como tribu.
La obra, dirigida por María Lorena Figueroa, brinda al espectador un mundo de sueño, mito y realidad. Contiene espacios escénicos muy bien construidos, con soluciones escenográficas limpias y extremamente funcionales. Han sabido seleccionar con mesura los aprendizajes de su primer montaje “El Origen de las Estaciones”.
Los relatos de leyendas y mitos, por lo general son monocordios. Sin embargo, Naynay logra entregar un ritmo diferente y de enganche con el espectador. La obra se vale de la cuarta pared (2) para su representación. Una opción muy interesante y arriesgada. El espectador queda observando toda la situación y el teatro familiar, tiene culturalmente instalado la “participación” de las niñas y niños. Los personajes son inmutables a estas interferencias. No hacen preguntas a los pequeños y tampoco se deja llevar por estas interferencias. Trabajan muy bien esta opción.
El azul del lago necesita ser más tenue para no dañar el efecto UV – lindo y muy poético – encontrado para la resolución escénica del lago.
El diseño de luz es dinámico, pero se propone oscuridades innecesarias para el traspaso de escenas, debilitando un poco los momentos donde la oscuridad total se hace necesaria. Dos momentos son marcados por la ausencia total de luz: una para las escenas de noche y otro para el traspaso de escenas. La primera está muy bien justificada, sin embargo la segunda lleva al espectador a un entendimiento que resulta ser otro, huyendo un poco de la poética del espectáculo.
La deconstrucción de la magia puede ser un aporte al arte del Teatro de Animación. La escena de la fogata, resuelta principalmente por la luz y su ausencia, tiene un sentido de poesía muy profundo. El nacimiento del fuego – y su manutención – conversa perfectamente con el rito de la familia, con el circulo; símbolo de la eternidad, la unidad y la perfección. También refuerza el surgimiento de Naynay como elegida por los ancestros, para volver el orden natural a su pueblo. Y si de luces y soluciones estamos hablando, toda la escena y manipulación del pez es llena de belleza y de sorpresas. Logran algo que es muy difícil en teatro de títeres. Que un mismo muñeco se mute, adquiriendo paulatinamente, su condición de dios o espíritu.
Los muñecos son preciosos y precisos. Muy precisos. La manipulación denota un trabajo intenso de investigación y rigurosidad. Los muñecos son meticulosos y logran trasparecer su estado emotivo, donde las palabras, son el adorno del movimiento. La hermosura de la obra está en lo que hacen los muñecos y no en lo que dicen. Aún les falta un control corporal que acompañe la rigurosidad de los movimientos. Por varias oportunidades percibíamos los manipuladores en estado interpretativo más intenso que los muñecos que conducían. Otro detalle de la manipulación que carece de cuidado son los movimientos de cabeza de los personajes mientras hablan. Como todo es muy delicado, perdemos el origen de la voz y no se identifican muy bien – aparte del registro vocal – de cual muñeco sale el sonido. Mientras más joven es el espectador, más dificultades encuentra.
La agrupación Teatro Ártico es joven, sin embargo muy estricta con su proceso de trabajo. Prueba de esto es el documental “Naynay, el Tejer de la Vida” un registro videográfico del trabajo. La memoria de su creación. Esta actitud, demuestra un nivel de profesionalismo y compromiso con su arte, poco común en nuestras tierras.


(1) http://www.teatroartico.blogspot.com/
(2)…Al cuerpo relajado se le debe unir una gran concentración. En ese sentido, aparece el concepto de “cuarta pared”, que separa al actor del público, obligándole a dirigir toda su atención hacia los objetos reales y/o imaginarios del entorno, para lo cual deberá desarrollar una gran capacidad de observación.
Konstantín Stanislavski, actor, director escénico y pedagogo teatral, nació en Moscú en 1863 y murió en la misma ciudad en 1938. Fue el creador del método interpretativo Stanislavski.


Por Luciano Bugmann

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