martes, 25 de octubre de 2011

Análisis de Espectáculo







Análisis de Iñu, El Niño de Cobre.





La CIA. Periplos es una de las más prestigiosas agrupaciones de Teatro de Animación de Chile. Posee una línea propia de investigación del lenguaje de los títeres, máscaras y narración oral.


En Iñu, el niño de Cobre, la compañía trae a flote su buen estilo. Muñecos bien elaborados, buenas actuaciones, provistas de un trabajo vocal esmerado, excelente musicalización, buena manipulación y un rigor en la ejecución de su propuesta. Sin duda, un ejemplo que sirve de escuela para muchos de nosotros que trabajamos el arte de los muñecos.


Ellos logran dar vida a los muñecos no sólo por la manipulación, también por el código de desplazamientos que establecen para los muñecos y la claridad con que definen las características de personalidad de cada personaje.


El objeto de la obra es el mito y su oponente, son las relaciones de desigualdad y la necesidad de trabajo, miseria, sequedad y misterios de la montaña.


Dos compañeros, desobedeciendo una orden, entran a trabajar en un pirque en peligro desatan la historia de Iñu, un niño de cobre que es encontrado por una familia en el desierto.


La escenografía es sencilla, sobria y muy bien utilizada,


El vestuario sigue la misma línea ponderada, pero en relación a los mineros muñecos se funden las vestimentas con las de los manipuladores y dificulta la visualización de los movimientos de los mismos. Existe una rudeza en la manipulación, su intencionalidad es clara pero sería bueno que la viéramos con más claridad. En contrapartida la manipulación del Iñu está preparada para una precisión que aún no alcanza su objetivo, perdiéndose en las miradas, los desplazamientos y los puntos importantes o comunicativos del movimiento de boca que aún es desordenado.


El montaje es fresco, pero requiere de aprietos. Periplos pone en escena un popurrí de todas sus especialidades, las mascaras, los muñecos, la música, la narración y actuación. Por veces cada uno de estos elementos terminan por tener una misma métrica y mismo nivel de intenciones, dejando los Status Escénicos (1) de los cuadros que componen la obra en un mismo nivel.


Iñu, el niño de cobre es un montaje agradable, liviano, pero profundo en sus discusiones, encantador y mágico. Seguramente, en un par de funciones más, estará listo para alzar vuelo por todo Chile y el mundo.





(1)Status Escénico es una forma de organización utilizada por el director, tanto de las interpretaciones como de los distintos momentos que componen una obra. Se caracteriza, por establecer cual personaje o escena tiene mas importancia y que comanda el resto de los demás en el espectáculo.





Por Luciano Bugmann

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